10 noviembre 2011

SER MAESTRA.- Hermoso poema de Marcela Vidal Melo, que habla de una vocación que emociona; muchas veces desconocida y otras tantas extraña de encontrar, pero digna de conocer e imitar, en nuestras diversas profesiones y actividades; en nuestra manera de sentir y transitar la vida. Profundos valores de Maestra. Lo encontré casualmente en Facebook y he querido colaborar a su difusión. El mensaje y el llamado es universal y muy vigente . . .

Ser Maestra.

De Marcela Vidal Melo, el jueves, 10 de noviembre de 2011, 0:23.



Ser profesora no es lo mismo que ser
Maestra en Leftraru, rural,
medio madre,
barredora de piojos,
curandera de rasguños,
consejera a voz en grito,
silvestre y maestra,
amiga de la Machi y del Lonco,
desde la mañana al atardecer
perseguida por los niños,
por sus sueños despiertos.

Ser profesora no es lo mismo que ser
Maestra en Leftraru, rural,
y en invierno a kilómetros del pueblo,
donde el viento rabea para entrar a la sala,
mientras la lluvia baila una danza mapuche interminable,
donde los fríos son blancos y gigantes.

Ser profesora no es lo mismo que ser
Maestra en Leftraru, rural,
mujeraza que bien pude haber sido partera,
abogada, doctora, directora,
o madre de mi hijo no más,
pero quise quedarme con estas margaritas silvestres,
para cuidarlas, como quien cultiva un huerto siempre nuevo.

Cierto es que a veces pasa una sus penurias,
algunas incomprensiones, soledades,
pero acariciando el cabello negro de mi pequeña ojos de aceituna
y cantándole un runrún, ataco los recuerdos hasta que se me queda,
otra vez, el alma iluminada.

Soy Maestra de manos sencillas
tengo el pecho abierto,
vivo desvelando el cómo amansar las dudas
y las ansias de mis críos.

Soy como un roble solo,
al que acuden los pajaritos en busca de
madera para sus propios nidos.

Y es que no es lo mismo ser profesora de lindo vestido que
Maestra en Leftraru, rural,
pasados los cuarenta,
conocedora de ciertas lágrimas,
de ciertas penas,
interprete de ciertos silencios,
asumiendo la responsabilidad de otras,
mujerazas también,
que entregan sus flores más bellas a estas manos
que ya están llamando viejas.

No es lo mismo ser profesora que
Maestra en Leftraru, rural,
depositaria del dolor y la esperanza ajenos,
defensora de todas las noblezas;
de algún niño rechazado,
de los ideales como los caminos polvorientos.

Pero es que no es lo mismo ser profesora que
Maestra en Leftraru, rural,
con esta ruda ternura de narradora innata,
no es lo mismo que ser simplemente profesora.

Se necesita fuerza para entregar los años más claros de la vida
como quien tira al aire un puñado de trigo,
esperanzada de que brotarán sobre esta tierra
hombres y mujeres que abrazarán buenas vidas,
amores tiernos,
trabajos honestos.

Enraizada digo que no es lo mismo ser profesora que
ser Maestra, rural,
con la misma certeza con la que abrazo a mi único hijo.

Trayenko.

Marcela Vidal Melo
(Todos los Derechos Reservados)

Algunos de mis versos están inspirados en el poeta José Luis Montero.

Fuente: http://www.facebook.com/#!/notes/marcela-vidal-melo/ser-maestra/10150363961294582




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